Los molinos de La Mancha se introdujeron hacia mediados del s. XV y se difundieron ampliamente en los s. XVI y XVII.
Pero el primer molino de viento del que se tiene constancia en España es en Tarragona, de finales del s. X o principios del s. XI, si bien se desconoce con exactitud si era de eje horizontal o vertical (Lévi-Provençal, 1932).